¡Me sacas de quicio! – Los puntos gatillo emocionales
¡Me sacas de quicio! – Los puntos gatillo emocionales

¡Me sacas de quicio! – Los puntos gatillo emocionales

Quizás lo hayas escuchado en el ámbito del masaje terapéutico: El punto gatillo es un punto de máximo dolor por una contractura muscular subyacente – pero justamente aplicando una fuerza concentrada en este punto, sosteniendo el malestar y exhalando el dolor, el “nudo” de la contractura afloja y el dolor desaparece o al menos disminuye considerablemente.

¿Seríamos capaces de hacer lo mismo cuando alguien nos saca de quicio?

¿Qué pasa en realidad cuando alguien me saca de quicio o me irrita? Solemos ser muy rápidos en señalar al otro como culpable, pero como dice el viejo dicho “Mientras un dedo apunta al otro, tres apuntan hacia ti”.

Los puntos gatillo

El otro es nada más y nada menos que nuestro espejo. De hecho, nos está haciendo un gran servicio, al activar este punto gatillo en nostr@s. Siempre que alguien nos suscita una fuerte reacción emocional, allí tenemos la oportunidad de arrojar luz sobre aspectos que no hemos sanado y aceptado en nosotr@s mism@s.

Esto requiere, como en el masaje, pasar por una desagradable fase de sostener al malestar y observar todas estas emociones que llegan burbujeando a la superficie.
En vez de desviar la atención hacia la “culpa” o el “comportamiento erróneo” del otro, volvemos una y otra vez sobre el punto gatillo. “¿Cómo me siento cuando me trata así?
Con un poco de práctica podemos “sostener el malestar” sin salir corriendo, tomar una cerveza o llamar a una amiga para quejarnos, y en vez de ello, observar estos sentimientos.

Nada más que observando nuestros sentimientos, ya ha tenido lugar un cambio muy sutil, donde comenzamos a dejar de ser víctimas de la situación y nos dirigimos hacia nuestro propio empoderamiento, donde llegaremos a decidir cómo nos queremos sentir en cada momento.

Observando estas emociones, descubriremos la emoción primordial detrás de ellas.

Si por ejemplo me enfado porque alguien parece faltarme el respeto, me está mostrando en realidad que yo misma no me estoy respetando lo suficiente. ¿Dónde / en qué situaciones no me estoy respetando? ¿Dónde debería apoyarme más a mí misma? ¿Acaso no me creo merecedora de amor y respeto?

El punto gatillo es por naturaleza incómodo y doloroso. Y contiene una gran oportunidad de sanación si dirigimos su mensaje hacia nosotr@s en vez de culpar a alguien allí fuera por “hacer sentirnos mal”.

Podemos comenzar hoy mismo.
Siempre habrá puntos gatillo en nuestras vidas! 😉

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