Qué significa “Soltar”

Soltar algo o alguien no significa que lo amemos menos o que nos importe menos.

Energéticamente, soltar es equivalente a dejar de luchar, cambiar la continua tensión que aplicamos al aferrarnos, por la relajación y la distensión.

De esta manera podemos volver a encontrar nuestro propio centro. Porque, queramos reconocerlo o no, mientras seguimos aferrados a algo o alguien, nos estamos alejando de nosotros, de nuestro centro y estamos perdiendo nuestro precioso equilibrio y por ende a medio o largo plazo también nuestro bienestar.

Cuando nos resistimos, aferramos, negamos a aceptar o queremos conseguir algo por casi cualquier precio, nos encontramos energéticamente constantemente en mucha tensión, perdemos una enorme cantidad de energía y nos hemos alejado de nuestro propio centro.

Cuando nos damos cuenta de esto, comienza a cambiar el significado de la frase “amar es soltar”.

Porque se trata de amarnos a nosotros mismos.

Ocuparme activamente de mi bienestar.

Tratarme a mí misma con cariño.

Usar mi energía más sabiamente, en vez de derrocharla.

Permanecer en mi propio centro.

Darme cuenta lo que no me sienta bien.

Y hacerle caso.

¿Cómo aprendo a soltar?

Soltar es tanto un proceso como también un acto.

Como proceso, podemos practicarlo, entrenarlo, igual que entrenaríamos con pesas en el gimnasio. Y obviamente no comenzamos con las pesas más pesadas (como por ejemplo soltar este gran amor no correspondido), sino empezamos con pesas más ligeras (¿qué puedo soltar hoy.. un pequeño enfado por ejemplo…?).

De esta manera vamos incrementando fuerza y capacidades para “retos más pesados”, al mismo tiempo que no nos frustramos por no conseguirlo. Al incrementar esta capacidad para soltar pequeñas cosas diarias, además notaremos que incrementa otra cosa muy importante: Nuestra alegría. Sentirnos livianos y alegres siempre es un buen indicador de que vamos en buen camino.

Solo podemos soltar en el Ahora.

Soltar es una decisión y una actitud que podemos cultivar.

La Naturaleza de la Mente

Nuestra mente es como un motor siempre en marcha.

Y la energía sigue a la atención.

Mayoritariamente estamos con nuestra atención en el pasado o en el futuro, y revivimos una y otra vez bellos o malos recuerdos, que a su vez proyectamos como miedo y deseos hacia el futuro. Y así nos hemos convertido en una figura en el tablero de nuestra mente.

Casi nunca estamos presentes en nuestra vida en al Ahora.

La Meditación

Con la meditación aprendemos a regular la mente. No es control ni concentración, no ejercemos tensión, como dije más arriba, sino mantenemos una actitud de distensión.

Hay muchísimas técnicas de meditación, yo por ejemplo medito en la luz divina en mi corazón, ya que el corazón no solo es el motor físico de mi cuerpo sino también la sede de todos los sentimientos nobles y humanos.

Y cuando me pongo a meditar, mi mente también divaga. Es inevitable, ya que es la naturaleza de la mente.

No luchamos contra ello. Sino cuando nos damos cuenta que “nos hemos subido al tren de pensamiento” de la mente, volvemos con nuestra atención sobre el objetivo de nuestra meditación, en mi caso, la luz divina en mi corazón. Una y otra vez. Redirigir la atención hacia otro objetivo, significa automáticamente quitarle energía al otro.

Soltar en el día a día

Esto también podemos entrenar en nuestro día a día.

Igual que un entrenamiento muscular o tocar un instrumento.

Practicar a soltar en el día a día, por ejemplo, no cargar más de lo necesario con un enfado.

Cuanto más vivimos el soltar, más ligeros y mejor nos sentimos.

De verdad, quiero soltar, pero no lo consigo

Si. Probablemente nos ha pasado a todos. Sobre todo, en el terreno afectivo. Esta persona tan especial, que nos cuesta tanto dejarla marchar. Siguiendo el ejemplo de arriba, esto es obviamente un peso pesado.

Es un tema muy profundo en el que juegan un papel muy importante nuestra propia infancia, nuestros patrones de creencias, nuestras carencias emocionales, miedos y deseos que proyectamos en el otro.

Y muchas veces, sufrir el dolor por desamor, es mejor que no sentir nada, ya que el dolor también es una forma de sentirse vivo.

Por ello, muchas veces también nos aferramos a alguien quien no quiere estar en nuestras vidas, ya que la ausencia y la huella que ha dejado es mejor que tener que afrontar nuestra existencia vacía.

Como veis, es inevitable bucear en algún momento hacia la profundidad.

Todo ocurre por un motivo

Mucho aprendemos en los encuentros, pero también mucho en los desencuentros, ya que allí nos vemos confrontados con nuestros miedos, nuestras sombras, nuestras lagunas hacia donde aun falta llevar la luz y el amor de nuestra comprensión.

Viendo desde la visión del águila este escenario de nuestras vidas, todos somos almas encarnadas que hemos asumido diferentes roles para ayudarnos mutuamente a crecer. Porque sí, aquí nos conocemos todos.

Allí ocurre la verdadera alquimia del ser humano, cuando realizamos en nuestro corazón que nuestra alma ha consentido pasar por esta experiencia y podemos acercarnos un paso más hacia la aceptación y la profunda gratitud de la experiencia.

Si entras en resonancia, estoy encantada si te suscribes a mi pagina o mi canal en YouTube, próximamente subiré una meditación guiada para practicar soltar en el día a día.

Un fuerte abrazo!

Kerstin

 

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