Una parte del Amor propio es aceptarse a un@ mism@. Esto incluye aspectos como nuestro entorno familiar, nuestras características físicas e individuales, nuestros talentos e inclinaciones, nuestras debilidades y nuestra sombra.
El Amor propio no significa que ya no tenemos que trabajar sobre nosostr@s y transformarnos. Pero antes de esta transformación en el Amor propio hay un reconocimiento de lo que ya somos. No luchamos contra noso@s mism@s y perdemos fuerza vital.
Amor propio también significa tomarse en serio las propias necesidades y sueños. Este amor y respeto hacía un@ mism@ incluye que estamos conscientemente implicados en nuestro bienestar y salud física, mental y espiritual.