Mi concepción del paso de las estaciones del año siempre ha estado arraigada en mi ser de una forma más ancestral que la impuesta por la iglesia católica.

Uno de mis grandes festivos personales es el Equinoccio de Primavera que tiene lugar entre el 20 y el 21 de marzo en el hemisferio norte, aquel momento cuando astronómicamente la noche y el día tienen la misma duración, las fuerzas de la naturaleza están en equilibrio.

A partir de este momento, la luz gana la batalla sobre la oscuridad.

No solo simbólicamente, sino de una forma muy tangible, todo aquello que ha estado “invernando”, dormido, en espera, parado, ahora recibe este fuerte impulso del comienzo de un nuevo ciclo, amanecer, crecer, comenzar.

Ostara

En las antiguas tradiciones nórdicas esta fuerza de la naturaleza fue simbolizado por la diosa Ostara, la diosa de la fertilidad, asociada al comienzo de la primavera.

En la mitología nórdica, Ostara es la bendición más brillante del año, la victoria de la luz sobre la oscuridad.

La iglesia católica ha adaptado convenientemente esta tradición bastante difícil de erradicar, convirtiéndola en su propia celebración muy importante, la resurrección de Jesús.

Pero la energía sigue siendo la misma: El renacer de la Luz con toda su gloria, el transitar y transcender el valle oscuro de la noche absoluta.

Anclarnos conscientemente en estos procesos cíclicos estacionales y la energía que nos aportan cada uno, nos pueden ayudar mucho en transitar y transcender nuestros propios valles oscuros y la noche absoluta, procesos por los que estamos pasando muchos de nosotros ahora, yo incluida.

Aprovechar la energía del Equinoccio de Primavera

No es ninguna tontería si aprovechamos estos días para hacer una limpieza de la casa.

Tenemos referencias muy bonitas en la técnica milenaria china Feng Shui, que se basa en encontrar el equilibrio y aportar energías positivas a los lugares que habitamos.

Liberarnos de “trastos viejos” no solo es eliminar cosas de nuestra vida que ya no necesitamos, sino de esta forma creamos espacio para que algo nuevo pueda venir.

Lo mismo se aplica a soltar lastre emocional y psicológico. Ya sé muy bien de experiencia propia que “soltar” se dice pronto. Pero en realidad es un proceso que comienza con una intención.

Es como esta semilla que plantamos en un tiesto y la cubrimos de tierra. Le procuramos todos los cuidados necesarios y confiamos en la fuerza de la naturaleza que hará germinar esta semilla cuando sea el momento.

Confiamos en el proceso.

Podemos usar la energía del equinoccio para plantar esta semilla, decretar la intención de seguir creciendo y liberándonos de todo que ya no nos sirve para este crecimiento.

Honra a tu cuerpo.

Tu cuerpo te va a agradecer infinitamente si lo sacas de esta silla / sofá y te vas a la naturaleza. Más en estos tiempos que corren, es fundamental que cada uno encontremos una forma de anclarnos y permanecer emocional y psicológicamente estables.

Una entre muchas formas es estar en la naturaleza. Estar presente en la naturaleza. Escuchar, saborear, abrirse a los sonidos, los olores, los colores de la primavera.

Sal a tomar el sol, mira el cielo, cómprate unas macetas de flores primaverales o planta un huerto, canta, baila, medita, pinta, haz el amor, date un masaje, haz un ayuno de limpieza, siéntate debajo de un árbol…

Nuevos comienzos

Ostara Equinoccio de primavera es la energía de los nuevos comienzos.

Coge papel y lápiz y sueña a lo grande. ¿Qué proyectos nuevos quieren materializarse? ¿Qué es lo que siempre quisiste hacer?

Sonríele a la vida, ella te está sonriendo a ti.

¡Feliz Ostara!