¿Se puede escribir sobre el Amor? Probablemente no. Supongo que alguien quien realmente yace en el Amor, se expresa en cada instante a través de sus actos. No puede escribir sobre el Amor, porque ya lo es.

Me quedo con Rumi, mi favorito poeta persa, quien a su manera no era muy diferente a los Bhaktas del Hinduismo quienes se acercan a Dios mediante la devoción.

Si habéis leído alguna vez a Rumi con los ojos del corazón, lo entenderéis.

“Tanto la luz como la sombra son la danza del Amor.

El Amor no tiene causa, es el astrolabio de los secretos de Dios.

Amante y amar son inseparables y atemporales.

Aunque quisiera describir el Amor, cuando lo experimento, no tengo palabras.

Aunque trate de escribir sobre el Amor, me siento impotente.

El lápiz se rompe y el papel se desliza en aquel lugar inefable donde Amor, Amante y Amado son uno.

Cada momento se hace glorioso por la luz del Amor.”

De manera, si no estamos en el Amor, no podemos escribir sobre él y si algún día lo estamos solo nos quedaría la poesía u otra forma creativa de compartirlo con el mundo.

Quizás podría escribir sobre el des-amor.
Parece que según por dónde miramos y las gafas que nos ponemos, hay mucho des-amor en el mundo. Lugares oscuros. Terror. Las noticias también se encargan constantemente de fomentar esta visión, que la mayoría de la gente incluso se traga (literalmente) con la comida o la cena.
Parece que vivimos en un mundo muy pequeño, donde cada uno se encierra y se protege de posibles amenazas, mirando de reojo y con desconfianza al desconocido.

Parece.

Quizás sea tiempo de ir quitando capas de miedos, inseguridades y falsas proyecciones para darnos cuenta que no existe el des-amor, sino que simplemente nos hemos apartado de algo que nos pertenece a todos por derecho de nacimiento.

El miedo y las proyecciones también son una forma de zona de confort ya que es mucho más fácil decir que el otro/el sistema/mi jefe/ las circunstancias tienen la culpa de que mi vida sea así, que asumir la auto-responsabilidad de re-dirigirnos hacia los valores que nuestra Alma anhela de verdad. Pero podemos hacerlo porque para esto al fin y al cabo hemos venido.

Hemos olvidado que somos los artífices de nuestra realidad. Un mismo hecho se percibe completamente diferente según las gafas de cada uno. Y si, en el camino hacia el Amor también nos queda sanar heridas, que no es otra cosa que perdonar. Nada sana el corazón tan poderosamente como perdonar.

En el instante en el que perdono al otro y a mí mism@ por haber o no haber hecho algo, me libero a mí mismo de una enorme carga que se puede sentir incluso físicamente.

Y si puedo permanecer allí un instante y sentir la inmensidad de paz que me produce y escucho un poco más, incluso puedo oír “Nunca hubo nada que perdonar”.

Sigamos por esta senda…

Libro recomendado

Rumi. Un jardín más allá del Paraíso

Difícil describir a Rumi, quizás puedo decir que era un amante auténtico que se consumía en el mismo acto de amar, iluminándolo todo con su llama, un poeta divino danzarín que nos ha dejado una preciosa poesía vibrante y profunda.

 

 

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